2014,  Invierno,  Nieve

Querido Invierno:


No quiero que esto suene a queja, pero de verdad, para ser la primera vez contigo de esta manera, creo que nos tenemos que dar un espacio. Veras, desde que supimos que nos moveríamos a esta ciudad, una de las cosas que más nos llamo la atención, nos emocionó y con la que convencimos a nuestras hijas de que sería buena idea el cambio fue LA NIEVE.

Sí, ya sé, dirás que ese “engaño” no debimos hacerlo. Pero es que para alguien viniendo de una ciudad como Austin Texas, donde la nieve sólo se ve en los congeladores, la idea de hacer angelitos y muñecos de nieve sonaba muy interesante… hasta que nos tocú quedarnos encerrados por tres días.

Yo sé, la marmota ha hablado y de acuerdo a ella (o a la interpretación que dieron de ella) la señora primavera no llegará antes, sino que en su fecha tradicional, por ahí de la tercera semana de marzo. Recién supimos de esta noticia, y ándale que se deja venir la nieve, y tuvimos suerte de que la nevada cayera en fin de semana, porque esto permitió que se limpiaran las calles y al menos los dos primeros días de la semana, si hubo clases.

No corrimos con mucha suerte hoy, te digo, y por ahí de las 5 de la mañana el Distrito Escolar nos dejó saber lo tan esperado por los niños (y tan aterrado por los padres): Las clases se cancelan. Y bueno, ¿qué le vamos a hacer? Nada, salvo armarnos de paciencia y de muchas actividades para mantener a esas dos niñas entretenidas (y alejadas de su papi que está trabajando en casa) al final, la práctica de la paciencia les servirá para el futuro, ¿no?

Querido Invierno, ha sido un placer conocerte, te esperamos por mucho tiempo desde que llegamos a Peoria, y no lo tomes a mal, pero de verdad, ya estamos listos para darte la despedida. El recuento de este Invierno hasta ahora nos ha dejado con:

  • 4 Días sin clases
  • 2 días con temperaturas abajo del nivel de congelamiento
  • 2 días con temperaturas todavía mas abajo del nivel de congelamiento (-45F decía el termómetro)
  • Hielo por dentro de nuestras ventanas
  • Costosas compras de chamarras, botas, pantalones y accesorios para hacer frente al frío.
  • Pérdida de la paciencia.

Aunque tampoco nos podemos quejar tanto, puesto que no nos toca quitar la nieve, y a mí no me toca manejar, Ximena se va en Camión y afortunadamente, tenemos calefacción en casa. No todo está perdido… salvo la paciencia.

Querido Invierno, ha sido un placer, pero de veras, no puedo esperar a empezar a quejarme del calor.

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