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¿Cosa de niños?



De veras que a veces le dan ganas a uno de andar de guardaespaldas de los hijos, para evitar cualquier tipo de daño que alguien más les pueda hacer. Pero pues eso no es posible, y no nos queda más que hablar con nuestros hijos, hacerles ver que nadie puede lastimarlos, que no está bien que se burlen de ellos, les hagan bromas que los lastimen, les digan palabras hirientes, les pongan apodos o incluso los lleguen a golpear.
Ya van 3 veces que Ximena me dice que en el camión la molestan de alguna manera. La primera vez fue una niña que conocimos en el verano en la alberca, y que desde que la vi, sinceramente no pude evitar sentir esa como “señal de alerta” de que no era una buena niña o amiga para Ximena. Yo lo sé, no nos corresponde a nosotros de papás andarnos haciendo ideas de otros niños, pero nosotros alguna vez lo fuimos, ya pasamos por esa etapa y de alguna u otra forma aprendemos a identificar a las personas. Claro que nos pondremos mucho más alerta ahora que somos padres, quisiéramos ahuyentar de nuestros hijos todo aquello que pueda representar una mala influencia, un peligro o algo negativo en su vida, para eso estamos ahí, para identificar, para platicar con nuestros hijos, para guiar. 
Esta niña que les platico es mucho más despierta, con actitudes, pláticas y poses de niña mayor, algo que mi hija todavía no tiene, ella es muy inocente. Pero como estábamos en la alberca, y tanto el abuelito de la niña como yo  estábamos presentes, no le veía el problema de que jugaran juntas, a pesar de todo, siguen siendo niñas. Ademas mi hija parecía divertirse con ella… hasta que me dijo que esa niña ya no era su amiga, y que incluso durante el regreso a casa en el autobús, la molestaba y  se la pasaba presumiendo y echándole en cara un montón de cosas que ella si tenia, y Ximena no.
La segunda vez me comentó de niñas que simplemente no le permitían sentarse en los mismos asientos donde iban ellas, con un rotundo “aquí no”, Ximena tenía que buscar otro, en el cual poder sentarse. ¿Por qué no dejarla sentarse, cuando no hay más asientos disponibles?
Yo entiendo, a veces tenemos nuestras amigas favoritas, aquellas con las que queremos estar todo el tiempo, pero ¿por qué no darle la oportunidad a otra niña? 
Pero definitivamente esta tercera vez, es la que me dió más coraje. Un niño simplemente le dijo “You suck!”. O sea, ¿qué quiere decir realmente un niño cuando dice esas palabras? ¿Quiere ofender? ¿quiere hacer sentir menos? ¿quiere burlarse? ¿qué quiere? Porque espero que no quiera transmitir el significado que esas dos palabras tan feas quieren decir.
Siempre le he dicho a Ximena que a veces es mejor ignorar, pedirles que paren, y si no lo hacen, hablar con la maestra o el chofer del autobús, según sea el caso. Le pregunté que había hecho y me dijo que optó por hablar con el chofer. Tubo este niño que haberle dicho muchas veces a mi hija esas dos palabras, para que ella decidiera hacerlo. Yo entiendo que son niños, yo entiendo que no todos se llevan bien, pero no entiendo, ni acepto  ni me gusta, que la única manera de demostrar nuestro descontento es diciendo palabras hirientes a otra persona. Así empiezan. ¿qué va a seguir al rato? ¿empujones? ¿Golpes?

Nuestros hijos deben aprender a darse su valor, a respetarse y respetar a los demás, y cuando sea necesario, hablar con los mayores  y pedir ayuda. Pero también a ayudar a otros,  a no dejar que nadie este molestando a un compañero o amiguito.

Todo sería tan diferente si cada uno pusiera su granito de arena.
No podré ser el guardaespaldas de Ximena. No podré tenerla encerrada en una burbuja de cristal, pero si puedo darle la confianza suficiente para hablar por ella misma ante los demás, a no dejarse intimidar, a ignorar cuando sea necesario, y siempre a parar cualquier tipo de acoso. No quiero hacer una tormenta en un vaso de agua, tu también eres mamá o papá, y te aseguro que te sentirías igual que yo, a menos que no te importe.
No creas eso que dicen de “es cosa de niños”, porque no es cosa de niños decirle a alguien “you suck”, mucho menos, cuando no se tiene razón para hacerlo.


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