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Las labores del Hogar no se hicieron para mí.

No sé, me da la impresión que en mi otra vida fui princesa, porque ¡a como odio las labores domésticas! Y antes de que puedas lanzar una palabra de desaprobación, déjame decirte que sólo porque no me gusta limpiar, significa que no lo haga. Al contrario, precisamente porque me desesperan los cochineros, es que no puedo dejar de limpiar. Ni modo, en mi otra vida pude haber sido princesa, pero pues en esta me tocó solamente ser ama de casa.

Tampoco ayuda que soy una distraída de lo peor, que la organización no es mi mejor cualidad, y que si no fuera porque mi paz mental en parte tiene que ver con una casa limpia, dejaría la casa “patas para arriba” (como dijera mi mamá) sin importarme si tengo visitas o no.

Pero bueno, no todo puede ser tan malo, digo también tengo mis momentos en los cuales me siento súper mamá, y que puedo con todo, incluyendo esas odiosas labores del hogar. Así es que para mas o menos ayudarme a que sean un poco más amenas, y a no sufrir tanto mientras las hago, te aconsejo que cojas no papel y pluma, sino más bien escoba y trapeador, para que veas como es que mi casa permanece decente.

1. Los trastes. Parece mentira, pero mientras por un lado me encanta cocinar, por el otro, odio lavar los trastes. Es una actividad que consume demasiado de mi precioso tiempo, y desafortunadamente no encuentro el mismo gozo que mi mamá en estar fregando platos, cucharas y cazuelas. Y si encima le sumamos que no soy amante ni amiga del lavaplatos, pues poco tengo a mi favor.  Así es que me he hecho a la idea de lavar los trastes como siempre, a mano, y utilizar únicamente el lavaplatos para secar. Aunque parezca mentira, este simple cambio me ahorra no solamente tiempo, sino también espacio. Además me gusta SIEMPRE remojar los trastes en agua caliente, así no sufro con la tallada.

2. La ropa. Ay que placer me daría no tener que encargarme de lavar ropa y después guardarla. Y es que sí, la lavadora y secadora hacen la mayor parte del trabajo, pero tampoco es como que ellas se ponen a separar por colores, tipo de prenda y tela, eso ¡a uno le toca hacerlo! Generalmente los Lunes son días de lavar, y lo mejor es que optes por jabones que ya incluyen algún ingrediente “extra” que puede venir en forma de blanqueador (para la ropa blanca), suavizante o algún tratamiento para manchas. Así al menos ahorrarás tiempo, agua y ¡energía eléctrica!

3. Lavar los baños. Uy, otra de mis actividades favoritas (ajá) que si no fuera porque hay algo que me desagrada más que limpiar es un baño sucio, es que ni modo, me toca hacerlo. Los espejos, lavabos y puertas, e incluso el excusado (por fuera) puedes limpiarlos con toallitas húmedas (a mi me gustan las de clorox). Para el área de regadera y tina, usa algún limpiador en spray, son más fáciles de aplicar. Ten a la mano esponjas, guantes y un cepillo. Y como la cocina, este es el único espacio que puedo trapear en mi casa, así que una cubeta pequeña y un trapeador también ayudan.

4. Los cuartos. Tender camas no es tan difícil, incluso si tus hijos ya están en edad de obedecer, pueden ellos ayudarte con eso, ademas de recoger juguetes y ropa que pueda estar tirada en el piso. Ya te tocara a ti barrer y trapear (si es el caso) o como a mi, pasar la aspiradora. No es necesario que aspires todos los días, pero si que recojas lo que hay en el piso.

5. La Sala. Lo peor que te puede pasar, es usar la sala como área de usos múltiples y que esté llena de juguetes. Trata de tener cajas donde se puedan esconder guardar los juguetes de tus hijos (con suerte por ellos mismos) y lo mínimo que se pueda de cosas en el suelo, porque entre mas tengas, mas difícil sera para limpiar. La aspirada es rápida, pero si tienes suerte de tener piso de madera o de mosaico, pues una buena barrida y trapeada sera suficiente (y más fresca).  Usa toallitas húmedas para limpiar mesas, libreros y hasta ventanas. O al menos ten un trapo destinado únicamente a esa área, ¡no se te ocurra usarlo en la cocina!

Como vez tampoco es tan difícil, es solamente hacerse al animo de que ni modo, nos toca limpiar, y de vez en cuando delegar actividades para que no termines sintiéndote como que eres la sirvienta de la casa (que por supuesto a mi nunca me ha pasado).

Y tu, ¿naciste para las labores del hogar?
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